miércoles, diciembre 01, 2004

Dia 7

El titiritero que se esconde

A veces creo en que hay algo que nos hace hacer las cosas tal y como las hacemos para que suceda algo que no esperamos... y para bien, si, como si un titiritero existiera en la sombra y manejará nuestra vida
Ya me ha pasado varias veces (la ultima esta tarde), estar pensando ¿que será de aquella persona de la que no saber nada desde hace meses? (y que no sabes por qué te ha dado por pensar en ella justamente en ese momento) y de repente, te la encuentras en la calle, o en el autobús, o en el lugar a donde has ido a comprar algo (que tampoco sabes porqué fuiste a ese lugar, pues tenias otro sitio parecido al lado de casa, y no sabes muy bien porqué elegiste caminar hasta allí...)
No sé si es cosa del destino, o que, por causas, la sensación de querer ver a alguien, haga que esa persona aparezca, pero deja una rara sensación (rara y agradable) en el cuerpo, pues alguien a quien tenias aprecio, ha vuelto a aparecer en tu vida, y en unos minutos os habéis puesto al corriente de todo, emulando aquellos viejos tiempos en que lo decías todo sin palabras.
Puede que no sea nada mas que una simple (y grandísima) casualidad, pero son tantas veces en las que sucede esto, que llega un momento en que dudas si no habrá alguien superior que maneje los hilos de las personas (como un gran titiritero) y, a veces, los hilos se entrecruzan por un despiste suyo y chocan unos con otros, y surgen estas insólitas casualidades de pensamiento y encuentros.
Es extraño, pues, creer que algo extraordinario ha posibilitado el encuentro (y más, siendo la sociedad que se vuelve cada vez mas materialista), pero esos pequeños detalles son los que alegran la vida y hacen que, al crecer, no se pierda la ilusión por la magia que impregna nuestro alrededor, pues se descubre que todo puede ser posible.