Dia 6
No dejar las cosas para otro momento
Lo habremos escuchado muchas veces pero, como todas las frases y consejos indispensables para la vida, se nos olvida a la primera de cambio. Nos lamentamos cuando ya no hay tiempo para dar marcha atrás, para rehacer o volver a tener aquel tiempo que hemos perdido y que no hemos disfrutado, porque ¿Cuántas veces te habrás dicho “lo haré mas adelante” y nunca lo has hecho? ¿Cuántas veces te has repetido “no lo volveré a hacer, no volveré a posponer algo” y luego, en la primera oportunidad que se presenta, lo vuelves a hacer?
Cada uno tendrá sus propias lamentaciones, sus propios asuntos por los que lamentarse de no hacerlo, pero hay una cosa en común, todos nos lamentamos por no haber disfrutado al cien por cien de la vida: en cuanto se llega a cierta edad se echa de menos no haber disfrutado como se hubiera querido…
No puedo hablar de mi experiencia personal, pues soy aun joven y estoy en las puertas de la vida, pero alguien, con mas años que yo, me ha hecho darme cuenta de que hay que disfrutar de cada segundo que se tiene de vida, que no hay que esperar “para más adelante” a hacer lo que queremos, que no hay que posponer las cosas pues pueden que no llegue nunca el tiempo para hacerlas… que si quieres hacer algo, hazlo, no esperes, y luego no te lamentaras por no haberlo hecho… Hay que arriesgarse, tener valor y no dejar las cosas para otro momento
Dia 5
A oscuras viviríamos mucho mejor
Hoy se ha ido la luz en el lugar donde trabajo. Ha sido sólo unos segundos, pero los suficientes para darme cuenta de la importancia que le damos a la electricidad, a los avances tecnológicos que nos rodean por todas partes.
Ni tan siquiera habíamos empezado, no era todavía la hora de entrada, pero, justo, en ese momento era cuando llegaban las personas al departamento (cada mañana vienen dos grupos al centro de Orientación, que es donde estoy realizando las practicas) Se ha ido la luz en todo el ala, en las escaleras, en los ascensores, creo que sólo ha sido nuestra parte, y ni ha durado minutos, tal como se ha ido ha vuelto.
Y justo ha sido en ese breve lapsus de tiempo entre que la volvían a reestablecer, cuando he visto que todo el mundo ya no puede vivir sin electricidad: ¿Que seria de nosotros sin ordenadores, sin luces, sin televisión... sin todos esos “maravillosos” aparatos eléctricos que nos solucionan la vida?
Si, puede que hayamos ganado calidad de vida, pero, en el caso de que algún día el grifo se acabe (en el supuesto más radical), ¿quien se acordará de encender fuego con madera? ¿Cómo nos entretendremos? ¿Volveremos a reunirnos en familia y a hablar, a restablecer la comunicación perdida con nuestros familiares? ¿Se volverán a respetar a los mayores? ¿Se educarán a los niños con los valores correctos? ¿Se volverá a gozar de los paseos, del campo?... Si, hemos ganado calidad, pero, ¡a qué precio!
Dia 4
Mi mundo y yo
No soy como el resto de la gente, lo sé y lo reconozco orgullosa. No me importa que me tachen a veces de no escuchar, que crean que no estoy al tanto de las cosas, que piensen que estoy en “mi mundo”, que piensen que no me importa nada de nada... pero no es esa la realidad: Sé al milímetro que es lo que ocurre a mí alrededor, me preocupo por los que me rodean, estoy al tanto de lo que sucede a todos los que yo quiero y conozco.
Y, a pesar de que a veces “viajo a mi mundo” no dejo que la realidad me pase de largo, estoy atenta a todo cuanto me rodea, oigo y escucho lo que se dice a mí alrededor. Después, lo analizo, lo comparo con lo que sé, y sé la situación en la que estoy. Puedo decir que mi mente, a pesar de tener muchas cosas en que pensar, se acuerda de cada persona que conozco, recuerda sus conversaciones, sus cosas más importantes...
Si, a veces puede parecer que no escucho, pero esas conversaciones quedan guardadas y después, mas tarde, las vuelvo a escuchar en mi cabeza y memorizo todo lo importante.
Estaré en mi mundo, pero ese mundo es el mismo donde yo vivo, tiene las mismas personas, y no se diferencia en nada a este. Son dos y son uno. Me evado allí, pero vuelvo aquí siempre.
No soy como el resto, lo sé, y lo acepto, no lamento ser como soy, me gusta ser así y me gusta tener “un mundo” donde evadirme y sentirme sola y luego regresar y sentirme acompañada.
Dia 3
Tantas cosas
Hay tantas cosas que contar. Tantos temas de los que se podría hablar: el comienzo de la semana, el aspecto de la ciudad, la actualidad, el comportamiento de los niños en estos tiempos, la compañía, el silencio, la soledad, la amistad, la compañía... tantos temas, pero no hay ninguno que, hoy, me apetezca explicar largo y tendido.
No sé, pues desde muy de mañana había estado pensado en muchas cosas, había dejado que mi mente vagase por esos caminos que sólo ella conoce... y ahora, se ha declarado en huelga. Puede ser que, al ser comienzo de semana, y después de tanto descanso, haya dicho “BASTA, ahora quiero estar en paz”.
Si, se nota que es lunes, que necesito desconectar.
Mañana, con otra luz, todo será distinto y, quizás, ahora si, pueda desarrollar todos los temas que se han ido acumulando en mi cabeza durante todo este día.
Ya se verá... habrá que esperar, entonces, hasta mañana por la mañana.
Dia 2
Paseos en la ciudad
Hoy ha sido uno de esos días en lo que me he perdido (queriendo)por las calles de la ciudad en la que estoy. Llevaba casi año y medio sin hacerlo, desde que volví de unos cursillos en Teruel (y fue cuando me conocí toda la ciudad entera), y hoy, a pesar de tener que hacer algunas cosa en casa (no muy urgentes, eso si), he cogido el abrigo, y me he ido a pasear por Zaragoza, que es la ciudad en la que vivo.
No me importaba ir andando sola, pues así podía disfrutar de los ruidos de la ciudad, observar el rostro de la gente que pasaba a mi lado y ver las calles como se iluminaban cuando se hacia de noche.
Ha llegado un momento en que me he puesto el aparato de mp3 que me prestó mi hermano (él tiene otro más potente), pero mi mente seguía vagando por otros caminos.
Al final, cuando llevaba recorrido todo el paseo Independencia, he cogido el autobús (numero 30, creo recordar) y me he ido hasta el parque Primo de Rivera (también llamado Parque Grande con razón) y ahí he estado caminando por sus avenidas durante bastante tiempo (casi una hora) He visto como las parejas iban agarradas de la mano, como se daban arrumacos en los bancos, como había gente que, a esa hora de la tarde, iba haciendo footing, y como los grupos de chavales se juntaban para hablar o simplemente, juntarse para verse.
Ahí he estado durante todo ese tiempo, perdiéndome por los múltiples caminos del parque, sin rumbo, sin saber a dónde me llevaría la siguiente elección... en definitiva, me he dejado llevar por el instinto... como hago algunas veces.
Cuando he terminado de recorrer el parque, he vuelto a casa, cogiendo el autobús de la línea numero 40 (tampoco me importaba cual, ya que los tres de la parada donde me encontraba me llevaban al lugar que quería) y al fin, he regresado, un poco cansada, pero satisfecha por lo bien que me lo he pasado, pues he estado más de dos horas descubriendo un trozo de la ciudad que todavía no conocía bien (y eso que llevo veinte años aquí y muchas veces había ido a ese lugar, pero no con tanta profundidad como lo he hecho hoy)
En fin, que ha sido una tarde de domingo muy aprovechada, se ha pasado en un suspiro y he puesto en orden muchas de las cosas que rondaban en mi mente y, que hasta entonces por unas cosas o por otras, no había logrado encontrar un rinconcito de tranquilidad que es lo que necesitaba y que hoy, en esas mas de dos horas que ha durado el paseo, he encontrado finalmente.
Dia 1
Yo no soy como el resto de la gente
Viernes, diez y media de la noche, vuelvo a casa. Al contrario que la gente de mi edad, a mi no me gusta salir de fiesta, prefiero mil veces estar tranquila en casa, leer un buen libre, adoro estar en familia… y también la soledad, me gusta estar en mi habitación escuchando el ruido de la noche, sintiendo, oyendo mi interior.
Será por eso que, ayer, cuando iba a buscar el autobús para regresar a casa, me sentí como si fuera a contracorriente, todos los jóvenes de mi edad iban por la calle, en grupos, con botellas para beber, entraban a los bares para estar hasta las tantas bailando y divirtiéndose… y yo, sencillamente, volvía a casa, después de ir a visitar a mis abuelos.
No soy un ser solitario, mis amigos, al cabo de un tiempo, ya me comprenden, y a veces, me dicen, que me envidian, ellos no pueden prescindir del alcohol para pasárselo bien, en cambio yo si puedo. Para ellos, cada noche/fin de semana, es igual; para mi, cuando salgo o tengo una cena o algo, es diferente, disfruto muchísimo porque no me he acostumbrado, porque se que es especial, porque yo no necesito beber para disfrutar lo que ellos hacen cada noche… yo me puedo quedar toda la noche bailando y divirtiéndome sin una gota de alcohol y ser la noche que mas he disfrutado y reído, pero es por eso: porque no salgo continuamente y cuando lo hago intento disfrutar al máximo.
Y me gusta estar a solas conmigo misma, me gusta leer, enriquecer mi interior, escribir, dejarme llevar por las alas de la imaginación, dejar que mi mente sueñe y viaje a otros lugares…
No soy como los demás jóvenes de mi edad, y tampoco me importa, pues se que, siendo como soy, soy lo que yo quiero ser… no tengo porque parecer algo que no quiero, no tengo porque dejarme llevar por la corriente.
Dia 0
Despues de visitar muchos blogs personales, y despues de llevar varios meses con uno propio (que mas bien es un almacen de cosas, ya que es donde voy poniendo las cosillas que voy escribiendo en trozos de papel), he decido empezar a escribir un blog "diario"
Continuare con el otro, ya que mi mente no para quieta, pero este será más interior, más intimo, más personal, pues es donde (intentaré) poner mis opiniones diarias respecto a la vida, y a todo lo que me rodea, ademas, puede darse el caso de que ambos queden enlazados en diferentes articulos, pues lo que suelo escribir en esos "trozos de papel" es muchas veces inspirado en lo que me sucede.
Hasta aqui es la pequeña introducción sobre cómo llegue a empezar un verdadero "diario en red" (que es lo que se supone que es un webblog/blog), y ahora...
¡Bienvenidos a mi mundo!